martes, 14 de diciembre de 2010

ADIOS A LOS SUBOFICIALES.

Apreciados compañeros les hago llegar esta añoranza escrita por un Aviador insigne de nuestra querida y amada Fuerza Aérea.

ADIÓS A LOS SUBOFICIALES PROFESIONALES DE CARRERA DE LA FUERZA AÉREA.
De acuerdo a la Gaceta Oficial 5.891 del 31 de julio de 2008 dejaron de existir los SOPC., y serán reemplazos por otra categoría de militares.
Ellos existieron desde 1920 porque había que mantener volando a los cuatro aviones que se tenían, pero fue en 1947 cuando la pequeña aviación militar se convirtió en Fuerza con más de cuarenta aviones americanos y hubo necesidad de una elevada cantidad de suboficiales con los modernos conocimientos que requería el exigente mantenimiento aeronáutico y demás apoyo logístico como la meteorología, la radio comunicación. A partir de 1947 hasta 1949 la Escuela de Aviación Militar graduó tres promociones, cada una con más de 100 SOPC. Después, la formación de este personal paso a otras escuelas.
Los suboficiales profesionales de carrera, crearon un institución cultural moldeada por el amor a mantener disponible la mayor cantidad de aviones para que estos pudieran cumplir aquellas variedad de misiones que exigía el desarrollo del País, y también formaron parte de las tripulaciones aéreas que recorrían los cielos patrios y el de otras naciones. Pero esto exigía un esfuerzo más allá de un horario de ocho horas diarias. Su horario y los días libres lo establecía la necesidad de apoyar el vuelo y en ese sentimiento de perseguir la grandeza de la Fuerza Aérea, muchos perdieron sus valiosas vidas al acompañar a los pilotos en el cumplimiento del deber que la Patria exigía.
Ellos fueron nuestros compañeros en aquellas misiones de apoyo al descubrimiento de la cabecera del rio Orinoco; al apoyo de las unidades del ejército que construían la vialidad de la Gran Sabana y de Amazonas, a las poblaciones indígenas llevarles las ayudas que necesitaban, apoyar a la Guardia Nacional en los puestos fronterizos y aislados con la alimentación, el correo y el relevo de personal, y en otras ocasiones, defender la Soberanía Nacional.
Todos aquellos que conocimos esta cultura heroica y desinteresada de los SOPC por la grandeza de nuestra Aviación Militar, debemos sentirnos felices de haberla vivido, de haberla compartido y de agradecerle que gracias a esa cultura pudimos volar con seguridad. Esta cultura también contribuyo que todos fuéramos una gran familia, mediante matrimonios, bautizos. Obedecíamos a nuestro himno “Aviadores unidos…” y por eso
me permito honrar esa cultura con un sincero Adiós de añoranza y agradecimiento.
Maximiliano Hernández Vásquez.

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