Tal día como hoy, 12 de Diciembre, hace 31 años, en la rampa de Operaciones de la Base Aérea "El Libertador" en Palo Negro, con un gran esfuerzo y después de cumplir con todos los requisitos exigidos, los hombres y mujeres integrantes de las Promociones MTM(Av)(F) Teodoro Rivas (Regular 5) y ST2(Av)(F) José Daniel Bello (Especial Nº 2) de la Escuela Técnica F.A.V, se graduaron como Sub-Oficiales Profesionales de nuestra querida Fuerza Aérea Venezolana. A todos ellos, hacemos llegar nuestras sinceras y cariñosas felicitaciones por tan especial fecha. Igualmente, recordamos con cariño y tristeza a aquellos compañeros que no nos acompañan físicamente, pero que sabemos espiritualmente siempre estarán con nosotros.
Compañeros y Compañeras, en ésta fecha especial, damos gracias a Dios por los que aún estamos en éste nivel terrenal, y les pedimos se cuiden mucho, para que continúen acompañándonos por muchos años más.
También, en ésta fecha decembrina, les deseamos pasen una FELIZ NAVIDAD en compañía de todos sus familiares y reciban un FELIZ AÑO 2011, lleno de dicha, amor, prosperidad, en el cual se les cumplan sus metas y deseos familiares, personales y profesionales, y sobre todo deseamos mucha salud para todas, todos y sus familiares.
Igualmente, hacemos extensivas estas felicitaciones aniversarias, a las Promociones de la Escuela Técnica FAV, que se graduaron igual que nosotros, un día 12 de Diciembre, a todos ellos y ellas ¡FELICITACIONES! por su Aniversario.
Dios los bendiga a todas y todos. Felicitaciones, Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2011.
Apreciados compañeros les hago llegar esta añoranza escrita por un Aviador insigne de nuestra querida y amada Fuerza Aerea.
ResponderEliminarADIÓS A LOS SUBOFICIALES PROFESIONALES DE CARRERA
DE LA FUERZA AÉREA.
De acuerdo a la Gaceta Oficial 5.891 del 31 de julio de 2008 dejaron de
existir los SOPC., y serán reemplazos por otra categoría de militares.
Ellos existieron desde 1920 porque había que mantener volando a los
cuatro aviones que se tenían, pero fue en 1947 cuando la pequeña
aviación militar se convirtió en Fuerza con más de cuarenta aviones
americanos y hubo necesidad de una elevada cantidad de suboficiales
con los modernos conocimientos que requería el exigente
mantenimiento aeronáutico y demás apoyo logístico como la
meteorología, la radio comunicación. A partir de 1947 hasta 1949 la
Escuela de Aviación Militar graduó tres promociones, cada una con más
de 100 SOPC. Después, la formación de este personal paso a otras
escuelas.
Los suboficiales profesionales de carrera, crearon un institución cultural
moldeada por el amor a mantener disponible la mayor cantidad de
aviones para que estos pudieran cumplir aquellas variedad de misiones
que exigía el desarrollo del País, y también formaron parte de las
tripulaciones aéreas que recorrían los cielos patrios y el de otras
naciones. Pero esto exigía un esfuerzo más allá de un horario de ocho
horas diarias. Su horario y los días libres lo establecía la necesidad de
apoyar el vuelo y en ese sentimiento de perseguir la grandeza de la
Fuerza Aérea, muchos perdieron sus valiosas vidas al acompañar a los
pilotos en el cumplimiento del deber que la Patria exigía.
Ellos fueron nuestros compañeros en aquellas misiones de apoyo al
descubrimiento de la cabecera del rio Orinoco; al apoyo de las unidades
del ejército que construían la vialidad de la Gran Sabana y de
Amazonas, a las poblaciones indígenas llevarles las ayudas que
necesitaban, apoyar a la Guardia Nacional en los puestos fronterizos y
aislados con la alimentación, el correo y el relevo de personal, y en otras
ocasiones, defender la Soberanía Nacional.
Todos aquellos que conocimos esta cultura heroica y desinteresada de
los SOPC por la grandeza de nuestra Aviación Militar, debemos sentirnos
felices de haberla vivido, de haberla compartido y de agradecerle que
gracias a esa cultura pudimos volar con seguridad. Esta cultura también
contribuyo que todos fuéramos una gran familia, mediante matrimonios,
bautizos. Obedecíamos a nuestro himno “Aviadores unidos…” y por eso
me permito honrar esa cultura con un sincero Adiós de añoranza y
agradecimiento.
Maximiliano Hernández Vásquez
.